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Entrevista a MANUEL LUCAS MATHEU, Doctor en Medicina. Sexólogo. Presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología. Secretario General de la Académica Internacional de Sexología Médica.

¿Qué espera de estas I Jornadas Nacionales de Sexología que organiza el COP-AO?
La Ciencia Sexológica, en estos últimos años, ha dado pasos importantes hacia su institucionalización. Y a ello están contribuyendo algunas universidades como la de Almería y la de Sevilla en Andalucía, y también el Colegio de Psicología de Andalucía Occidental, que han comenzado a comprender la importancia de esta ciencia que estudia el hecho sexual humano, hecho que tanta influencia tiene en el bienestar de las personas, y que hasta ahora, ha sido insistentemente e incomprensiblemente ninguneado a nivel académico, profesional y social.
Estas Jornadas contribuyen a escenificar estos avances, y a poner en su lugar a la Ciencia Sexológica, para beneficio, ante todo de las personas, que hasta hoy tienen escasos apoyos, desde el ámbito de la educación sexual, ni en el ámbito de sus problemas, los cuales viven en una abrumadora proporción, en silencio, y sin posibilidades de solución.

 

Su Conferencia inaugural: SEXOLOGÍA: LA CIENCIA, ¿qué puede adelantarnos?
La Sexología se ha centrado durante tiempo, fundamentalmente en la Educación Sexual y en la Clínica Sexológica. La primera casi exclusivamente centrada en un grupo etario, los adolescentes, olvidándose de todos los demás colectivos, y la segunda centrándose en las disfunciones sexuales. Pero la Sexología tiene dos importantes retos de futuro:
El primero es la Investigación Sexológica, un importante déficit, que ha de superarse, para elevar el nivel de estudios y publicaciones de calidad, acabando con la insoportable levedad de la Ciencia Sexológica, aumentando a su vez el nivel de las intervenciones clínicas
El segundo, es trascender de una educación sexual, centrada en los adolescentes y desde una visión predominantemente preventivista, que no tiene en cuenta aspectos ya desarrollados por la ciencia, que explican por qué el continuado fracaso de este modelo de educación sexual. Por ejemplo comprender que las conexiones neurológicas entre el núcleo orbito-frontal, y el sistema límbico, no acaban de madurar hasta muy entrada la adolescencia. Conexiones que controlan y frenan los impulsos, y que animan a muchos adolescentes a asumir riesgo fácilmente. Y que unir sexualidad a peligro, es un error. La Sexología Comunitaria tiene el reto de hacer que la acción comunitaria en sexualidad, deje de estigmatizar al colectivo de adolescentes, ampliando estas acciones a otros muchos colectivos, y además abandonar un modelo basado en déficits y problemas, para pasar a un modelo de activos, con la sexualidad como un valor, como una oportunidad y como una capacidad. La Sexología como fábrica de bienestar, más que como un taller de reparaciones.