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Tras el anuncio del "Plan de Desescalada" o "Plan para la transición hacia una nueva normalidad", lo que para muchas personas es una buena noticia por los deseos de reencuentros, retomar aficiones y rutinas, para otras supone la afloración de emociones que emergen del impacto provocado por los días de aislamiento como el miedo intenso a salir, a falta de seguridad y de protección.

 

Sobre este miedo a salir, reflexiona a continuación la responsable del Grupo de Trabajo "Psicología y Psicosomática" de la Delegación de Sevilla de Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental, la psicóloga sanitaria Esther Rodríguez:

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre el fuerte impacto psicológico que la amenaza del Coronavirus (COVID-19) y los más de 40 días que llevamos de confinamiento están generando en las personas.

 

Respecto al plan de desescalada, de la vuelta a la "normalidad", ya vemos cada vez más cerca el fin del confinamiento pero... ¿qué es lo primero que harás cuando todo esto termine?

 

Algunas personas manifiestan sus deseos de salir a la calle, pasear, hacer deporte y reencontrarse con la familia, volver a recuperar sus vidas, retomar aficiones, rutinas, quedar con amigos en un bar o viajar. Sin embargo, todos estos deseos se nublan por un intenso sentimiento de miedo, falta de seguridad y de protección que emergen del impacto provocado por los días de aislamiento.

 

Ya en la primera semana de confinamiento se observaron mayores índices de ansiedad, depresión, estrés y problemas de sueño. En las siguientes se vio cómo la población se habituaba a la situación hasta que se fue prorrogando el estado de alarma, lo que ha ido provocando un aumento de los síntomas.

 

Estos síntomas, tras más de 40 días de aislamiento por COVID-19, podrían asemejarse a los característicos por el Síndrome de Soledad Inquieta (SSI) o "Fiebre de la Cabaña", el cual hace referencia a un estado de inquietud, irritabilidad y episodios depresivos leves provocado por una estancia prolongada en un lugar confinado. Estos síntomas llevan a la persona a sentir falta de autocontrol y de autorregulación, tendiendo a buscar compañía que le libere de esos pensamientos que le generan malestar.

 

Todos sabemos que somos seres sociales, que necesitamos apoyo y afecto de nuestros familiares y amigos y, que aunque a veces también busquemos soledad, esto suele ocurrir por elección de estar sin nadie puntualmente. Sin embargo este periodo de aislamiento está generando en algunas personas una sensación de soledad impuesta o no elegida que desencadena falta de paciencia, cansancio, insatisfacción, perdida de interés por las actividades cotidianas, tristeza, dificultad para concentrarse, alteraciones del sueño y del apetito. En definitiva un cierto letargo que puede generar en el futuro un mayor aislamiento social.

 

En una revisión de 3142 documentos por el King's College de Londres sobre la evidencia del impacto psicológico de la cuarentena, se ha concluido, entre otros resultados, que el 54% de los participantes evitaban a las personas que tosían o estornudaban, el 26% evitaban los lugares cerrados, y el 21% evitaban todos los espacios públicos en las semanas posteriores al periodo de cuarentena. En la misma revisión advierten de que el regreso a la normalidad tiende a retrasarse varios meses.

 

Psicólogos, médicos y otros profesionales de la salud venimos defendiendo la importancia del cuidado personal, poner énfasis en el bienestar emocional y solucionar aquellos problemas de salud física o mental. Pero ahora más que nunca, es conveniente combatir estos síntomas y dedicar tiempo a uno mismo.

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"Hazle frente al miedo", podrías hacer una columna con todas aquellas conductas provocadas por el miedo. Y a su derecha buscar alternativas de acción con modos más saludables de hacer frente a la situación. Y para los más pequeños, ayúdales a fabricar su "Caja de los Miedos", donde puedan introducir sus frases o dibujos de situaciones que le generen miedo, de tal forma, cuando salgan a la calle los miedos se habrán quedado en casa.

Recuerda la importancia de vivir sin miedo la desescalada trabajando si fuera necesario con la ayuda de un profesional que favorezca la disminución y/o desaparición de los síntomas a medida que sales del aislamiento y comienzas a sociabilizar.

 

"¿Qué harás entonces cuando todo esto termine?"